En el día de hoy te presentaremos una iniciativa del
arquitecto argentino Francisco Ribero. El proyecto consiste en construir mosaicos
con tapitas plásticas de gaseosas.
Estos mosaicos pueden aplicarse en la vía
pública, en interiores, sobre las paredes, e incluso sobre el mobiliario.
Cada mosaico está conformado
por 64 tapitas. Además de ser ecológicos (ya que tardan cientos de años en
degradarse), son livianos y funcionan como aislante térmico y acústico gracias
al aire que queda contenido dentro de la tapa.
Cada partida es única. Las
planchas se venden listas y pueden aplicarse en pisos, paredes y mobiliario. Su
colocación es la tradicional: se aplican con adhesivo para cerámicos y luego se
llenan las juntas con cemento. Cuando empieza a fraguar, se limpia el excedente
y queda listo para ser utilizado.
Tras advertir que las tapitas
funcionan como pixeles, Ribero profundizó el proyecto para hacer murales y
retratos.En la misma línea, desarrollaron un sistema de cartelería sustentable,
rayuelas, mesas pequeñas llamadas Flotapitas y para decoración la Huertapitas.
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